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Los Mitos de Barbarroja (IX)
Recogida en la Directiva núm. 21 de la campaña donde se definen los objetivos de la misma, se establece que la destrucción del Ejército Rojo en el campo de batalla, antes de que se pueda retirar a la inmensidad del territorio ruso, es la clave del éxito. Tal operación de destrucción de las fuerzas de Stalin, cita dicho documento, se podría realizar en un periodo de 6 a 10 semanas mediante el uso de potentes cuñas acorazadas que irrumpan por los flancos de las defensas y rodeen por retaguardia las tropas del RKKA. Con el uso de la infantería, tales bolsas de resistencia serán reducidas. Adolf Hitler confía en que tal estrategia dará lugar a una catástrofe militar y desencadenará a una crisis política de tal magnitud que el régimen comunista se derrumbará (o incluso sentaría las bases para un golpe de estado contra Iosif Stalin). Como se menciona, la operación que va a dar comienzo en principio en mayo y después por retrasos el 22 de junio de 1941 no está prevista que se prolongue más allá de septiembre, es por lo que la logística no contempla equipación necesaria para el invierno.

A pesar de que la historia ha seguido otros derroteros y ha puesto de relieve con creces durante la batalla en el este la resistencia y rudeza del soldado soviético, en 1941 no existe posiblemente en Alemania nadie quien no crea firmemente en la capacidad todopoderosa de la Wehrmacht, victoriosa hasta entonces en todos los campos de batalla (la batalla contra Gran Bretaña aún no se ha decidido). La creencia no sólo se basa en una fe irracional o propagandística, sino en todas las empresas económicas, políticas y militares del caudillo alemán desde 1936 a 1941 y también en las conclusiones obtenidas de las operaciones del Ejército Imperial del Zar en la Primera Guerra Mundial y la «Guerra de Invierno» contra Finlandia en 1939-40. En esta última, a pesar de la victoria final soviética, la actuación del Ejército Rojo fue pobre, poniendo de manifiesto muchas carencias y dando muestras de un liderazgo deficiente. Paradójicamente es justo mencionar también que el conflicto de Khalkhin Gol en 1939 contra las fuerzas del Imperio del Sol Naciente en extremo oriente, con éxito para las armas soviéticas, ha pasado prácticamente desapercibido en Occidente. Es cuando el entonces general Zhukov obtiene una importante victoria contra los japoneses. Pero esto, sea como fuere, no cambia la “reputación” del Ejército Rojo en el mundo. Por lo tanto, se ve como posible liquidar al RKKA en el espacio de pocas semanas, mucho antes de la llegada del temido invierno ruso. ¿Y para qué necesitar equipación de invierno en agosto o septiembre?

Cuando se hace evidente que la Operación Barbarroja no está siguiendo el calendario previsto, Goebbles lleva a cabo una colecta de ropa de abrigo como parte de una campaña de apoyo a los soldados del frente. Los chicos de las Juventudes Hitlerianas participan en la colecta. Desde el punto de vista de las toneladas de ropa invernal donadas, es un éxito. Pero este nuevo material supone en sí mismo un problema logístico añadido al existente y las prendas no pueden llegar al frente rápidamente. La red logística del Heer, bajo acoso de partisanos, sobreextendida significativamente y muy necesitada de municiones, combustibles y lubricantes parece no conceder la importancia necesaria a los atuendos invernales. El éxito en diciembre de la contraofensiva de Zhukov en Moscú agrava la situación. ¡Muchas unidades no recibirán los suministros hasta la primavera de 1942! El 20 de diciembre de 1941 Goebbles lee una proclama radiofónica del Führer «..Mientras haya una sola prenda de abrigo remanente en la patria, esta se debe enviar el frente. Sé lo duro que supone para cada individuo en su hogar desprenderse de tal ropa. No estará en situación de reponerla. Pero mil veces más nuestros soldados la necesitan y ellos tampoco la pueden sustituir…»
Cuando se analizan las causas del fracaso de la Operación Barbarroja, hay que llegar a la conclusión de que dos son los principales factores que lo provocaron y de estos dos se derivan muchos otros de menor orden. Debemos destacar que uno es el deficiente análisis de inteligencia referente a la cantidad de fuerzas desplegadas del RKKA y el segundo, la logística. No obstante, a diferencia del primer factor, la logística se adaptó a las pretensiones iniciales de la Directiva número 21, que presuponían una conclusión rápida de la batalla. Así es, el plan logístico se concibió para la aniquilación del adversario en los territorios más al oeste de la URSS y en pocas semanas. Alemania en 1941 no podía hacer otra cosa, pues la Wehrmacht era una fuerza militar dimensionada para el teatro de operaciones europeo centro-occidental y su aviación militar, la Luftwaffe, también nació con un papel táctico de apoyo inmediato a las operaciones terrestres. El oeste europeo era un escenario de una escala «manejable», pero el este era diferente, pues se extendía hacia vastas y remotas regiones con pobres infraestrucutras viarias. Por así dedirlo la Operación Barbarroja fue una «jugada a una carta», que de no tener éxito inmediato entraría en una fase de guerra no explorada e incierta, como así fue…

Siegfried Knappe, un veterano del frente ruso escribió en su libro titulado «Soldat, reflexiones de un soldado alemán 1939-1949»: «…Los rusos gozaban de una ventaja real sobre nosotros porque disponían de botas de fieltro y uniformes de guata y nosotros sólo vestíamos nuestros delgados capotes que no ofrecían mucha protección contra el frío. La única razón que se nos dio sobre porqué no recibíamos la equipación de invierno era que avanzábamos demasiado deprisa. Las razones que se arguyen para explicar un fracaso siempre suenan posibles…»
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[English version]
Myths of Barbarossa
Ninth MYTH: invading russia without winter clothing
In the campaing’s Directive no. 21, where the pursued objectives are defined, it is stated that the key of success lays in the swift destruction of the Red Army before it has a chance to escape towards the vastness of the Russian territory. This annhilation operation needs to be accomplished in a period of 6-10 weeks by means of powerful armoured wedges capable to outflank the defenses and encircle the RKKA troops. The use of the infantry would be restricted to the liquidation of these «cauldrons». Adolf Hitler trusts this strategy will inevitable provoke a military catastrophe and will unleash such a political crisis that the Communist regime will inevitably collapse (or even will trigger a coup-de-etat against Iosif Stalin). As aforementioned the operation planned for May and due to delays will only commence on the 22nd of June 1941, is not devised to extend in time beyond September and this is why Logistics do not take into account winter supplies.

In spite of History has taken a different course of events and proved the resilience and toughness of the Soviet soldier, in 1941 no one in Germany does not believe in the power of the almighty Wehrmacht. This modern fighting force upto now has been the winner in all battlefields (althought the struggle versus Britain hasn’t concluded yet). This common belief is not only based in either an irrational faith or wicked propaganda, but in all the successful Hitler‘s moves, either economic, political or military from 1936 until 1941. Also this belief is supported by the conclussions obtained after the Czar’s Imperial Army results in WWI and the «Winter War» against Finland (1939-40). In the latter and even considering the final Soviet victory, the performance of the Red Army was unsatisfactory showing many shortcomings and poor leadership. Paradoxically it is fair to mention that the Khalkhin Gol Far East conflict in 1939 versus the Rising Sun Army (after an outstanding RKKA victory) passed somehow unnoticed in the West. Here in Asia General Zhukov won an important battle against the Japanese. But this, for whatever reasons, did not change the «reputation» of the Red Army in the world. Therefore the Third Reich saw the possibility to crush the RKKA in a few weeks, much before the arrival of the dreaded Russian Winter. So, why need winter outfits in August or September?
When it becomes clear that Operation Barbarossa isn’t following the pre-planned calendar, Goebbels launches a collection of winter clothing as part of the annual Winter Relief effort. The Hitler Youth children participate in the collections. It is successful from the point of view that large amounts of winter clothing has been collected. But amazingly as it may seem it is not rushed to the front. The German logistic network is overloaded, overextended and under partisan attacks and the Heer demands as many munitions, oil and lubricants as possible. Winter clothing needs to wait. The success of the Red Army offensive before Moscow in December 1941 makes the deliveries even more difficult. Many units will not receive warm clothing until Spring the following year! On the 20th of December 1941, Goebbles reads a Hitler‘s proclamation: «…As long as a single object of Winter clothing remains in the fatherland, it must go to the front. I know that also in the homeland the individual can spare such equipment only with great difficulty. He is not in a position to replace it. But a thousand times more urgently do our soldiers need such equipment, which they cannot replace either…»

When scholars analyze the causes of Operation Barbarossa‘s failure they have to conclude that there are two main factors that provoked it and out of these two many others of lesser range can be studied. The first one we must highlight refers to the deficient Intelligence analysis of the number of deployed enemy forces and the second, inevitably, relates to Logistics. However and opposed to the first factor, Logistics were well measured fot the initial goals of Directive no. 21, that assumed a rapid conclussion of the campaing. Indeed it was devised to allow the annihilation of the foe in the westernmost territories of the USSR in a few weeks. The 1941 Germany could not plan otherwise because the Wehrmacht was a military force conceived for the central-west European theatre of operations. Its military aviation, the Luftwaffe, was also created for a tactical role in support of near land operations. Western Europe had a «manegeable» scale, but on the contrary Eastern Europe extended towards vast and endless regions with poor or non-existant road networks. So to speak, Operation Barbarossa did not have a «plan b». It had to meet immediate success otherwise it would enter in a murky and unexplored type of war, as it did…
Siegfried Knappe a veteran of the Russian front wrote in his book «Soldat – Reflections of a German Soldier, 1936-1949» : …The Russians had a real advantage over us, because they had warm felt boots and quilted uniforms, and we had only our thin overcoats, which did not offer much protection from the cold. The only reason we were ever given for not receiving winter clothing was that we were moving too fast. The reasons given for failure always sound plausible…
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