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Los Mitos de Barbarroja (IV)
¿De no haber atacado Hitler a Stalin, Stalin hubiera atacado a Hitler? La pregunta es en sí misma sorprendente para la historia oficial de la Segunda Guerra Mundial, pero existen autores como el famoso ex-espía soviético y desertor, Victor Suvorov, quien en su obra “El Rompehielos” defiende la tesis del ataque preventivo, exonerando al Tercer Reich de toda responsabilidad. Este autor, no obstante, ha sido criticado duramente por presentar pruebas supuestamente inconsistentes para su alegato.

En la actualidad este tema sigue siendo debatido con intensidad. Existe una corriente revisionista que se apoya en documentación desclasificada en la URSS y la Federación Rusa desde los años 90. Debemos de basarnos en hechos y lo que sí es cierto es que el gigante comunista estaba en un proceso de rearme a escala sin precedentes en el mundo y Alemania sabía que debía anticiparse a que Stalin estuviera listo si se quería iniciar su expansión hacia el este de Europa («Lebensraum»). La Wehrmacht estimaba que aún en 1941, el RKKA (Ejército Rojo de Trabajadores y Campesinos) podía ser derrotado, pero que su programa de rearme y modernización estaría completo posiblemente entre 1942 y 1943. «La Trampa de Stalin» del autor germano Adolf von Thadden, igualmente, explica el porqué el Führer se vio obligado por razones políticas y militares a lanzar el ataque. Existiendo de hecho documentación que podría utilizarse de manera circuanstancial (al menos por el momento) para defender cualquier postura, en la actualidad el debate está servido…
Cuando el caudillo germano dio a conocer su idea de ataque (y la orden de confección de los planes necesarios) en fecha tan temprana como julio de 1940 (recién terminada la victoriosa campaña de Francia) en el generalato encontró muchas resistencias. La principal del Alto Estado Mayor alemán surgía por el miedo a abrir un “segundo frente” ya que Gran Bretaña, si bien contra las cuerdas, aún no había sido derrotada. El mismo Gran Almirante Raeder intentó persuadir a Hitler de no atacar la URSS, en dos ocasiones presentando informes de la Kriegsmarine al respecto. Pero la campaña parecía ya estar decidida en la mente del dictador. El devenir de la Historia presentó la Operación «Barbarroja» como un fracaso y dio la razón a Raeder, pero no olvidemos que EE.UU. aún no estaba en guerra, y que Churchill se encontraba acorralado en las islas británicas (excepto combatiendo por entonces a los italianos en el norte de Africa) en una posición desesperada. El inglés acababa de reembarcar a la BEF (Fuerza Expedicionaria Británica) en la francesa costa de Dunkerque, perdiendo todo su equipo pesado. Los “lobos grises”, los U-Boote, los submarinos de la Kriegsmarine campaban a sus anchas por el Atlántico hundiendo miles de toneladas de muy necesitados suministros para el pueblo británico.
Adolf Hitler entonces ofertó un armisticio al Imperio Británico en el verano de 1940; al fin y al cabo la guerra con los occidentales había sido un no deseado efecto colateral de su política de reunificación centroeuropea, pero Churchill respondió ofreciendo “sangre, trabajo, lágrimas y sudor” en un motivador discurso al Parlamento.
Quizás el argumento de más peso para defender la teoría del ataque preventivo se basa en el tipo de despliegue del RKKA en las zonas occidentales de la URSS en la víspera del 22 de junio de 1941. Las unidades mecanizadas (mekhanizirovannye korpusy) estaban en posiciones realmente adelantadas a lo largo de las líneas fronterizas, algo ciertamente inusual para un despliegue en principio «defensivo»; pues la lógica defiende que las primeras líneas sean defendidas por infantería en sólidas posiciones, siendo la encargada de contener las oleadas iniciales del adversario, para dejar a las unidades blindadas más a retaguardia listas para contraatacar. Del mismo modo un número importante de regimientos de caza y bombardeo ligero estaban basadas demasiado cerca de primera línea, como muestra de que los aviones debían en algún momento ofrecer una cobertura aérea lo más adelantada posible a un avance ofensivo de las unidades motorizadas y mecanizadas. El mariscal Rommel, en 1944 y preparándose para el incipiente desembarco de los aliados occidentales en las costas de Francia, propugnó por un tipo de despliegue más conservador no exponiendo a las valiosas Panzerdivisionen al asalto inicial, sino, en la seguridad de la retaguardia, proteger a sus blindados para esperar la ocasión propicia de un contraataque decisivo. No obstante, aún a pesar de considerar el despliegue de Stalin como demasiado expuesto hacia vanguardia, hemos de tener en cuenta que la doctrina del RKKA desde su creación era meramente ofensiva. ¿Es por ello que que el despligue «defensivo» de Stalin sólo obedecía a la concepción doctrinal imperante en ese momento?
Hagamos notar sobre este punto la diferencia doctrinal entre la de la Wehrmacht y el RKKA. Mientras la primera se basa en la identificación y destrucción del Schwehrpunkt (punto más crítico decisivo enemigo) que debe ser acometido con la mayor premura y a la mayor velocidad (guerra relámpago), el Ejército Rojo defiende el concepto de la «batalla en profundidad» donde el enemigo puede ser aniquilado en una serie de operaciones ofensivas consecutivas (de ahí la fabricación de carros súperpesados capaces de sobrevivir repetidos asaltos, como los KV) en un periodo extenso de tiempo.

El principal artífice de la modernización, reestructuración y creación de la doctrina ofensiva del Ejército Rojo fue el mariscal Tukhachevskii. Su teoría de la «batalla en profundidad» consta de cinco puntos esenciales:
1) Las unidades tácticas son los instrumentos de apoyo a la maniobra operacional.
2) La aplicación de presión a lo largo de la mayor área posible deniega al enemigo la posibilidad de maniobra en respuesta a una penetración.
3) Mientras más profundidad y velocidad consigan las fuerzas operativas tanto más serán la letalidad y la sorpresa del enemigo.
4) Tanto la potencia de fuego como la maniobra terrestre se pueden alternar con el objeto de incrementar la profundidad de la ofensiva conforme los medios mecanizados avanzan.
5) Toda la profundidad del campo de batalla se debe considerar en una continua operación, para asegurar que el comandante sea capaz de ver y planear la batalla final tanto en tiempo como en espacio tal y como la primera.
Sea lo que fuere Stalin desde agosto de 1939 ordena un plan de mobilización a dos años, que culminará en el verano de 1941 en un despliegue que a priori parece de naturaleza ofensivo. No obstante, ante el perentorio estado de las infraestructuras viarias de aquel momento en la URSS el despliegue no queda completo, ni todos los aeródromos previstos se ponen a punto. Las fuerzas terrestres superan los 3 millones de hombres con 15.000 blindados (la Wehrmacht iniciará «Barbarroja» con unos 3.500) situados en su mayoría en vanguardia. Con estos antecedentes Hitler ordena el ataque antes de que el adversario esté totalmente preparado. Si la campaña en el este debía dar comienzo esto tendría que iniciarse lo antes posible. Una vez vencida la URSS, volvería el Führer a retomar las operaciones contra la isla británica.
El 11 de diciembre de 1941, en una alocución con motivo de la declaración de guerra a los Estados Unidos de América, el caudillo alemán se expresa en estos términos:
«…Ya en 1940 quedó meridianamente claro mes tras mes que los planes de los hombres del Kremlin estaban destinados a la dominación y por ende a la destrucción de toda Europa. Yo ya había avisado a la nación del incremento del poderío militar soviético en el este durante la época en la que Alemania sólo tenía unas pocas divisiones en las provincias fronterizas con la URSS [tras la ocupación de Polonia]. Sólo un ciego no se hubiera dado cuenta de que esta escalada militar de dimensiones únicas en la historia se estaba llevando a cabo. Y esto no era con la intención de proteger algo que se suponía bajo amenaza, sino más bien de atacar aquello que no parecía capaz de defenderse…»
«…Una imponente cantidad de material nos es disponible ahora que nos confirma que un ataque Soviético estaba en preparación. También estamos seguros del cuándo este ataque debía llevarse a cabo…»
¿Tienen fundamento documental estas palabras o responden a la mera justificación política de un hecho consumado sin precedente en la historia? ¿Si estas palabras tenían una base real, en qué momento decidió el asalto: en el momento en que puso a trabajar en julio de 1940 al general Marcks en un plan de invasión? ¿Y si esta evidencia se le hizo patente en tan temprana fecha (quizás durante el desarrollo de la campaña de Francia), por qué el Gran Almirante Raeder intentó disuadirle en más de una ocasión de no abrir el segundo frente y sostener que Stalin de cualquier manera no estaría listo antes de 1942-43 para su supuesto ataque? ¿Acaso a Raeder le fue vetado el acceso a tan reveladora información? Si esta evidencia documental aplastante a la que se refería Adolf Hitler realmente existió, esta debió consolidarse y con ello la decisión de la agresión a la URSS en algún momento del otoño de 1940. Planes de contingencia de contraataque e incluso ataque hacia el oeste existían en el estado mayor del RKKA, pero me permito recalcar la palabra «contingencia», es decir planes que se debían llevar a cabo «en caso de…». Pero si Hitler tuvo conocimiento de un plan «Barbarroja a la soviética» que debía pulverizar el Pacto de No Agresión germano-ruso de 1939 con el objeto fundamental del control de Europa, esto es objeto de debates y descalificaciones en uno y otro sentido.
¿Hubiera atacado Stalin pues a Hitler de no haber sido al contrario? Recordemos que en virtud del Pacto de No Agresión firmado en Moscú el 23 de agosto de 1939 antes mencionado entre los ministros de asuntos exteriores, Ribbentrop y Molotov, ambas potencias se comprometieron a no atacarse y de facto se convertieron en aliadas. También en virtud de los protocolos secretos adicionales del Pacto, Europa oriental se repartía en esferas de influencia entre ambos dictadores. Polonia, vista por ambos como una aberración política creada y encajada por la fuerza en el mapa europeo por los victoriosos aliados de la Primera Guerra Mundial, iba a ser liquidada pronto. Si el 1 de septiembre de 1939 Alemania invadía por el oeste, la Unión Soviética lo hacia por el este el 17 de septiembre. Y entonces se produjo un hecho significativo: el Tercer Reich y la URSS quedaron enfrentados cara a cara tras una frontera común. Ambos “aliados” se observaron entonces con recelo acabada la campaña polaca a través de la nueva línea divisoria…pero aún siendo aliados. El lector debe preguntarse y concluir “¿A quién interesaba tener al futuro enemigo justo al otro lado de la frontera?”
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[English version]
Myths of Barbarossa
FOURTH myth: A PRE-EMPTIVE ATTACK?
If Hitler hadn’t attacked Stalin, would have Stalin attacked Hitler? In principle this question is quite shocking for the WWII official historiography, nevertheless do exist authors like the famous Soviet ex-spy and deserter, Viktor Suvorov, who in his book «The Icebreaker» justifies the pre-emptive attack thesis. This way he exonerates the Third Reich from responsibility. This author has been criticized for having used inconsistent evidence for his book

This subject is still nowadays under intense debate. It is a fact that the Communist giant was under a full-scale unprecedented rearmament process and Germany knew she had to anticipate Stalin preparedness in order to carry on any expansion to the East («Lebensraum»). The Wehrmacht estimated that still in 1941 the RKKA (Red Army of Workers and Peasants) could be defeated, but her modernization and rearmament program would be possibly terminated by 1942-43. «Stalin’s Trap» from the German author Adolf von Thadden, likewise, explains why Hitler was bound to unleash his attack for political and military reasons. Existing today circumstancial evidence (at least so far…) to support any sides, the stakes are high.
When the Führer presented his determination to attack (and ordered the necessary planning) as early as July 1940 (right after the conclussion of the French campaign) the top brass was puzzled and reluctant. The main worry of the High German Command was to open a dreaded «second front», because Great Britain was cornered but still resisted. The same Great Admiral Raeder tried in vain to persuade Hitler not to attack the USSR in two ocassions, presenting relevant Kriegsmarine reports. But the campaign seemed to have been already decided in the dictator’s head. History proved Raeder being right as Operation Barbarossa turned eventually to a fiasco, but let us not forget that the USA wasn’t still at war and Churchill was helpless in the British isles (only battling the Italians in North Africa). The English Premier had just re-embarked the remains of his BEF (British Expeditionary Force) at the French coastal enclave of Dunkerke, losing all his heavy equipment. The «grey wolves», the U-Boote, the Kriegsmarine‘s submarines mastered the Atlantic Ocean sinking thousands of tons of much needed supplies for Britain.
Then Adolf Hitler offered and armistice to the British Empire in summer 1940; after all the war against the West had been a non-desired collateral effect of his central European reunification policy. But Prime Minister Winston Churchill promised «blood, toil, tears and sweat» in a moving speech to his Parliament.
Perhaps the most convincing argument to defend the theory of the pre-emptive attack relates to the type of RKKA deployment along the Western USSR regions on the eve of the 22nd of June, 1941. Most of the armour corps (mekhanizirovannye korpusy) were stationed way to the first line along the borders, a certainly unusual fact for a «defensive» deployment; because military logic dictates that the first lines are to be manned by infantry dug out in solid positions, with the task of containing the adversary’s onslaught. Only thereafter comes the armour from the rearguard to counterattack. Likewise a large number of frontal aviation regiments were based too close to the front, as giving the impression the fighters and light bombers were ready to provide support and escort to a future motorized and mechanized offensive. Field Marshall Erwin Rommel in 1944 in full preparation for the Western allied disembark in France insisted on a more conservative deployment, in order not to expose his precious Panzerdivisionen to the initial assault, but, from the safety of the rearguard, wait for the counterattack. However, even if Stalin‘s deployment is considered too exposed, we must bear in mind that since its inception, the RKKA‘s doctrine was mainly offensive. Is it perhaps only due to this fact that Stalin‘s «defensive deployment» adhered to such a doctrine?
Let us briefly review the doctrinal differences between the Wehrmacht and the RKKA. In this respect, Soviet operational planning is in opposition to German military doctrine; whereas the latter stresses the necessity of securing a decisive battle through Blitzkrieg during the opening stages of a campaign identifying the «critical point» (Schwehrpunkt) for a breakthrough and encirclement, the soviet high command develops the concept of «deep-battle», where an enemy would be annihilated in a series of successive offensive operations over potentially a prolonged period of time. The designing of super-heavy tanks such as the KV series responds to this «deep-battle» need, tanks able to survive for prolonged periods of time behind the enemy’s lines.

After the end of the Russian Civil War, Tukhachevsky played a leading role in military reforms and from 1931 managed the rearmament of the RKKA and the establishment of modern military schools. In 1935 he was promoted to marshal of the Soviet Union.
Tukhachevsky was tried with seven other top Red Army commanders in June 1937, during the Stalin’s purges, on charges of conspiracy with Germany. All eight were convicted and executed. In 1988 he was officially rehabilitated.
In any case Stalin since August, 1939 orders a mobilization plan within two years, that will terminate in Summer, 1941 in what at first glance seems to be an offensive deployment. However due to the deficient state of the transportation network (roads, railstock…) at that time this deployment is still to be finished. Not all the projected aerodromes are still combat ready. The ground forces, though, surpass 3 million men along with 15,000 tanks, most of them in forward positions (The Wehrmacht will launch Barbarossa with about 3,500). It is exactly now when Hitler unleashes his assault before Stalin is fully ready. In Hitler‘s mind if the Eastern campaign had to start it had to start now. Once the USSR be defeated, will the Führer retake operations against the British isle.
11th of December, 1941: In a speech regarding the war declaration on the United States of America, the German leader says:
«Already in 1940 it became increasingly clear from month to month that the plans of the men in the Kremlin were aimed at the domination, and thus the destruction, of all of Europe. I have already told the nation of the build-up of Soviet Russian military power in the East during a period when Germany had only a few divisions in the provinces bordering Soviet Russia [after the Polish campaign]. Only a blind person could fail to see that a military build-up of unique world-historical dimensions was being carried out. And this was not in order to protect something that was being threatened, but rather only to attack that which seemed incapable of defense … «
«A truly impressive amount of authentic material is now available that confirms that a Soviet Russian attack was intended…»
Do these words have any real grounds or they are just a mere justifycation of a fait accompli? If this speech has any real grounds at what time Hitler decided to unleash the assault: at the time General Marcks started his planningto in July 1940? And if this evidence became patent so early (still during the battle of France) why Grand Admiral Raeder tried to no avail convince him to not to open a second front and to remark that in no case Stalin would be ready for an aggression until 1942-43? Was therefore Raeder vetoed the access to such sensitive information? If this massive evidence explained by Hitler really existed this became consolidated and along with it the decision for the attack against the USSR sometime during Fall 1940. In the RKKA‘s HQ counterattack and even attack contingency plans were devised. But it is necessary to remark the word «contingency» in the sense of «in case of…». But if Hitler became acquainted with a «Soviet-Barbarossa» plan that would ignore the Non-Aggression russo-german Pact with the aim of the control of Europe, this is subject to debate.
Would have Stalin attacked Hitler if not the opposite? Let us remember that in regards of the aforementioned Non-Aggression Pact signed in Moscow on the 23rd of August, 1939 between foreign Ministers, Ribbentrop and Molotov, both superpowers rejected any mutual aggression and matter of factly became allies. Furthermore by virtue of this agreement’s secret protocols Estaern Europe was to be shared in spheres of influence between both dictators. Poland, seen by both as a political aberration, created and slipped into the post-WWI European map by the winning powers, was to be overrrun soon. If on the 1st of September, 1939 Hitler invaded western Poland, on the 17th Stalin entered Poland from the East. And then a shocking political statu quo was established: The Third Reich and the USSR took positions standing face to face along common borders. No «buffer» Poland anymore laid between them. Both allies observed each other with distrust…but still allies. The reader must conclude whether this was the logical development of current events or if not…who would be benefitted then for having the future enemy at the gates?
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